Las comunicaciones por satélite: desde Sputnik hasta Starlink

Comunicaciones por satélite
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Desde el inicio de las comunicaciones por satélite, en aquel contexto de la Guerra Fría, hasta hoy, la tecnología ha avanzado a un ritmo trepidante, logrando que sirva para transmitir voz, vídeo y datos desde puntos muy lejanos del planeta, gracias a esos satélites que lanzamos al espacio para que nos hagan de repetidores. En este artículo vamos a repasar esa historia y cómo los distintos avances que se han producido han impactado directamente en la vida de los millones de personas que habitamos en la Tierra. Acompáñame a través de este viaje en el tiempo y en el espacio. Despegamos.

 

El primer satélite y el alivio de las comunicaciones por cables submarinos

El origen de esta historia tiene como contexto la Guerra Fría. A mediados del siglo XX, la lucha encarnizada entre las dos superpotencias, EE.UU. y la antigua URSS, medía su éxito o su fracaso en la carrera armamentística y la conquista del espacio.

 

En 1957 se lanzaba al espacio el satélite soviético Sputnik 1, que solo emitía señales de radio simples; pero cuya puesta en órbita y demostró que la comunicación por satélite era posible.

 

Tres años después, los norteamericanos conseguían lanzar su primer satélite de telecomunicaciones con éxito, el Echo 1A, que fue una primera prueba para transmitir señales de radio, teléfono y televisión. Se trataba de un globo aerostático, un gigantesco espejo de plástico recubierto de aluminio, diseñado para reflejar la información enviada de un punto a otro de la Tierra. Tenía 30 metros de diámetro y se hinchó con 18 toneladas de aire.

 

Después de él llegó el Echo II, más grande que su antecesor (con un total de 41,1 metros de diámetro) y que ya no necesitaba del impulso de gas en su interior para mantenerse hinchado, gracias a su estructura más rígida.

 

Los satélites Echo y los posteriores modelos Pageos fueron muy útiles en su época para las comunicaciones continentales y transatlánticas, experimentos, toma de datos de la atmósfera y la creación de mapeados por triangulación.

 

Un poco más tarde, en 1962, los americanos lanzaban el Telsar 1, que permitió la primera transmisión de una señal compleja: una emisión de televisión en vivo entre Estados Unidos y Europa. Esta última iniciativa buscaba además aliviar las comunicaciones telefónicas que se realizaban a través de los cables submarinos por el Atlántico, que sufrían atascos y suponían un freno para el desarrollo económico. Para ello se firmó un protocolo de colaboración entre Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos para crear un sistema de telecomunicaciones vía satélite.

 

Telsar 1

¿Qué hace tan relevante a la comunicación por satélite?

Desde aquellos inicios a mediados del siglo pasado, la tecnología de comunicación vía satélite ha evolucionado mucho y en la actualidad nos sirven para emitir televisión multicanal, telefonía, datos y servicios interactivos multimedia. Gracias a su intervención, es posible replicar la información en puntos muy distantes del planeta o emitir información desde lugares recónditos donde no hay conexiones de telecomunicaciones, por ejemplo, zonas en conflicto.

 

Prueba de su importancia es la cifra de satélites que actualmente orbitan alrededor de la Tierra: unos 5.600, la mayoría de los cuales (alrededor de 3.000) son de Órbita Terrestre Baja (LEO) y es donde se encuentran los de comunicaciones o teledetección. Los satélites Starlink de Elon Musk, o los de SpaceX, son algunos ejemplos de este tipo.

 

Esto permite acceder a un sistema de internet con el que hacer streaming, videollamadas, jugar online y trabajar desde cualquier lugar remoto. Sin duda, un gran avance para este mundo en el que cada vez es más necesario mantener la interconexión entre las personas.

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